Qué Más Puedo Decir
Es mi turno, por la corona de estrellas
regalo que sonríe con la melodía de tus rodillas
Los paisajes se desdibujan en los corales de tus besos
Cada cabello es la estela de renuncias
que se aproximan al hundimiento
de dos delicadas barcas en las corrientes de tu piel
Desde tu rostro salto al vacío y a los peldaños de tus dedos:
No hay límites desde el cuello asoleado
hasta mis labios concertados
Es mi turno trepar por tu corona y por tu compañía
Hay que encontrar el rocío del amor
¡Hay que encontrarlo!
¡Ahí está lo auténtico que abandonó el mundo!
Pequeño, hay un ojo que ama junto a ti
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