Nueva Poesía Chilena

sábado, octubre 01, 2005

No Me Olvides

No me olvides,
yo sueño para tus desiertos.

Escucha lo que te digo en la brisa resonante:
La sangre en mis dedos es mi llanto de un abrazo
que dista tanto como la esquina de mi mirada,
como la luna de tu voz.

Sé tú mi delfín,
sumérgete en mi amoro
y salta a mi pecho.
Descansa en mis ojos antiguos de cruces,
los que nunca te adoraron entre las olas
y que lo hacen entre los míos.

Este corazón, que comienza a crecer, quiere verte en él:
En el altar que está preparado para ti,
decorado por mi jardín donde crecen rosas como malezas.

Eres extranjero,
lenguaje hermoso de algún lejano cielo:
Anhelaría renacer en tu tierra de mitología,
¡Qué broten sin cesar los dulces besos de tus labios!
Que broten cercano tanto como la mirada de mi esquina,
como la voz de tu luna.

Tus versos se esconden entre festivos;
Eros se enmarca paciente en sus cuatro letras,
¡Mira que ambos nadamos en cinco!
Tal vez en ocho joyas anglosajonas
del tesoro que he descubierto.

No me olvides,
yo sueño para tu tenor,
el que se te escapa en tu mente naufragada,
el que se pierde en tu interés de omnisapiencia.

No me olvides,
yo sueño para tus entes:
para el ori que te dejó;
para el poni que te embarcó;
para el quién que te estancó;
para el resto que te enterró.

No me olvides,
fue el sueño de siempre
despertar contigo en mis brazos:
Nunca dudé si la eternidad duraba una semana
o si una semana era la eternidad.

No me olvides,
yo sueño para lo tuyo:
Quiero ser tu sur de lluvias,
del amor eterno de lo suyo.