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Rodeado de ti
el transitar de los árboles
sol creciente de hojas
en andas flamantes
Estás sentada sobre el amanecer
despertando mis albas de tus cabellos
Tan lejos
en el umbral de las inmortales luces
cuando se acaban en epidemias de mis días
quizás de los tuyos
ajenas telas en cuervos de turno
Te amaré
como me amas en un paisaje de la historia
que cae en las tablas rugosas
lágrimas centinelas
Sepulcro de mis labios versados
me amparo de muerte servil
Llego a ti sin mí
sin mirar
que no soy
y que no eres
Ciego a lo que seré
y a lo que serás.
Conmigo
compito
contigo
(y no hay metas)
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