Nueva Poesía Chilena

viernes, octubre 07, 2005

Conspiración

El corazón convoca a las brisas del verano,
las mañanas grises del último anhelo.
A las hojas de olivo que lleva la sangre
que cubren mi cuerpo de amor elegante.

Los pétalos de la flor pequeña lloran en mis manos,
por uno que otro espanto rodeado de hielo.
Deambulo entre recuerdos que no miraron desastre:
Es primera vez que veo a la estrella de día y radiante.

A pesar de los calores, cada vez es más temprano,
es cosa de desnudarse y besar el cielo
como las figuras con esqueleto de alambre,
esas que se escabullen del velo de amante.

Aunque la arena vista ropas de villano,
cierto estoy de las claves del encierro.
No quiero ser parte ni guía del enjambre,
piedras preciosas de entrega delirante.