Aquí, Tu Misión

Aquí me tienes sin voz,
al lado del fuego que ha quemado la cruz.

Con los ojos semiabiertos
buscando encontrar respuestas
a los aportes ya apagados.

Sin rendirnos,
venciendo el cansancio.

A tus pies estamos congregados.
con la entrega en tus acogedores manos
que levantan nuestro sueño
para llevarlo aún más alto.

Con los pies adormecidos
mantengo mi adoración.
Aquí, respirando pausado.
Atraído por tu amor.

Me invitas a ser instrumento.
Me enseñas a mover corazones.
Me quieres habitar
para la construcción de tu reino anunciar.

Aquí apoyados,
al tenue canto de una guitarra.
Con nuestros labios secos
de tanto proclamarte.

Ya cada vez quedan menos
y el tiempo se acabó.

Retomamos el llamado
de Dios en esta tierra.

La misión no se renueva
y requiere de algo constante.
La misión ya es de todos
y el frío ya se hace agradable.

Mi alma ya encuentra ese más,
apreciando tu rostro que rebosa de humildad
al perecer en el madero que ardió por amor.