Belleza Del Prado

Del cielo, tus ojos.
Infinitamente profundos,
habitan, de modo suave, tu rostro.
Logran despertar al somnoliento mundo
con la tierna hidalguía de tus pasos
como princesa de los prados.

Del sol, tus cabellos.
Serpentean junto a ti
como un mar de elemento precioso.
Largos como la lluvia,
bellos como el verano.
Magnetizantes como la magia
de una flor en el desierto.

Del río, tu sonrisa.
Tímida y precisa,
descansa cada momento en que
yo estoy a la vista.
He sido desafortunado
al no poder contemplarla,
pero ya estaré a tu lado
para así poder besarla.

Y tu gracia, de los vientos.
Se dibuja en todas las fronteras,
de tus manos a tus hombros,
de tus pies a tus cabellos,
en todos los sectores
de lo que llamamos cuerpo.

Es lo que se irradia sin voluntad,
el don de tu naturaleza.
El regalo de tu vida:
Tu presente,
Tu belleza.