Nueva Poesía Chilena

miércoles, septiembre 21, 2005

Tarde

También logro escuchar los agónicos gritos
de esas hojas espantadas por un vacío silencioso
que las envuelve en un mar de calidez divina.

Contemplo un sol agobiante y verdugo,
que impide tomar con entereza
los infinitos caminos secos de belleza
que llevan a la frescura para muchos cansancios,
expandidos entre otros.