Tarde
También logro escuchar los agónicos gritos
de esas hojas espantadas por un vacío silencioso
que las envuelve en un mar de calidez divina.
Contemplo un sol agobiante y verdugo,
que impide tomar con entereza
los infinitos caminos secos de belleza
que llevan a la frescura para muchos cansancios,
expandidos entre otros.
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