Nueva Poesía Chilena

domingo, octubre 16, 2005

Llamado A Irradiar

Me iba.
Caía.
Al mundo oscuro que invento.
En ese y varios sueños.

Me alejaba.
Lo veía.
Descubría el insomnio
eterno de los infiernos.

Me entrampaba.
No lo valía.
En desdicha paulatina
de mis esos que conozco.

Me ahogaba en un mar
desde adentro,
cual pétalo de nube deshojada,
sufrimiento.

Desde el fondo de mi fondo
Desde donde la sangre no llega,
rincón inaccesible, no colonizado.
Esa voz.
Yo la oía.
Dos veces el grito.
Yo lo oía.
Era mi nombre.
Yo lo oía.
¿Qué está pasando?
¡Yo lo oía!
Se desvanecen los insomnios destapados
Era tu voz que yo oía.
Era mi nombre el que yo oía.