Nueva Poesía Chilena

viernes, octubre 07, 2005

Memoria De Un Día

El sol nace de tus labios,
anunciando lo que ya no es día,
realzando la oscura circunstancia
de que tu luz penetre en mi cuerpo.

Las flores de tus brazos
aún no se han abierto
y el viento, que no corre,
a tus pasos va siguiendo.

El sol se posa sobre tus cabellos,
borrando lo que es frío,
convirtiéndolo en un lío
y escribiéndolo en un río.

Concuerdo con mi pasto
que es mejor ser un gran árbol.
Lamentablemente las rocas
pueden ser más que yo.

El sol, en parte, se ha tapado,
creo que mucha gente, en su vida,
lo ha esperado.

Los pétalos de tus dedos
parecen no funcionar.
Las espinas de tus manos
ya se empiezan a clavar.
Si es tu eclipse, durará
lo que tenga que durar.

Esta vida sin luz no se entiende,
porque todos aman la oscuridad.
¿Sabes que es más dañino estar así?
Olvido de que olvidas
de que omites y me olvidas.
Tú decides.

He visto al sol meterse en esa mojada piel,
y rememoro el momento en que mis manos
taparon tus ojos aquella vez.

¿Ahora ves que en mis sombras no se puede confiar?
Cierra tus manos nuevamente.
Por favor, intenta no respirar.
No más.