Nueva Poesía Chilena

domingo, octubre 16, 2005

Concepción

Ciudad carente de penas,
mi sangre es de tus venas;
¡Hermosa ciudad natal!
Cuna de mi amor eterno,
en tu centro llego a parar,
ciudad viva de amor paterno.

Aire cálido
en un húmedo ambiente.
Sin un cielo árido
de nubes imponentes.

Un cause majestuoso
recorre al lado tuyo
como alguien silencioso,
un río lleno de orgullo.

Sitio de reencuentro,
lleno de cerros perdidos:
¡Ciudad amada, Concepción querido!
En tu puro corazón entro,
alegre por ser recibido.

Lluvias corrientes yo deseo sentir.
Despiertan las mentes para mi existir...
¿Quién sabe si también para morir?
En estos lugares iré a vivir.