Respuesta

Perdón por no acercarme
¡Yo ya me lo temía!
Sabía que con esas nubes
no tendría un grato día.

De verdad, lo preveía,
con la suerte que he tenido
durante todos estos días.

Después de corto tiempo,
de una despedida o de un final,
de un tropiezo infernal
y de una clara señal
de celos personal,
osas apreciar
lo que alguna vez
dejaste de amar.

No veo mi enfado,
no lo tengo bien claro.
Sé que no estoy embriagado
por haberme dejado.

He sido sincero,
y lo he sido mucho más
después del último encuentro.

Pretendo que lo tuyo siga su camino,
y que haré lo posible
para no interferir el mío.

Pretendo no decir que descubro mi camino,
destinado a pocos puertos de mi errado afán marino.

Pretendo que el tiempo de la luz en el espejo,
sea el mismo que estire las distancias,
ya lejanas, de admiraciones tempranas
y que en los desiertos, que alguna vez comenté,
no nazcan más flores para no reflexionar
ni para mi vida comparar.

La piedra con que tropecé,
al despedirme aquella vez,
me recuerda a algún tesoro
que sin error conciente dejé.

Nada tenía que hacer,
pero al dudar, me abstuve,
prefiriendo mi alejar a tu sonrisa.

Creo que no precisé,
con estas palabras,
mi por qué.

Perdón por no irte a saludar,
pero justo en ese momento
no necesitaba celular.